jueves, 8 de noviembre de 2012

Tokoloshe, Sangomas y Crisis



6 de noviembre de 2012

Estatua de Tokoloshe
Sawubona  chic@s, (Hola en suazilandés)

Según la mitología zulú y xhosa, el Tokoloshe es un malévola criaturilla que se puede invocar cuando se les desea mal a otros. Este enanito peludo y barrigón se vuelve invisible al chupar una piedra y se cuela en los dormitorios a causar todo tipo de estragos.  Las trastadas más frecuentes son comerle los dedos de los pies del desafortunado de turno. Pero también puede enfermar, transmitir VIH, causar embarazos no deseados, matar y hasta poseer la voluntad de una persona.

Portada del Daily Sun
Para frenar a este diablillo, se suele poner un ladrillo debajo de cada pata de la cama. O se llama al “sangoma” o curandero para expulsarle y remediar el mal causado. El Tokoloshe protagoniza a menudo las noticias del Daily Sun, un periodiquillo de dudosa fiabilidad, que le carga todo tipo de mochos. Hace unas semanas, el titular del diario anunciaba que la policía sudafricana había creado un cuerpo especializado para frenar los ataques de tan terrible ser y arrestar a quienes les invocan.

De tanto en tanto, me pregunto si el Tokoloshe se ha fugado de Sudáfrica y es el causante de que tantos de los políticos del mundo se hayan vuelto locos, desmemoriados, e irresponsables. Pues no encuentro otra solución razonable a esta crisis mundial. 

Hace poco tuve la suerte de visitar Suazilandia. 
Frontera entre Sudáfrica y Swazilandia
Aunque el nombre suene a parque de atracciones y a pesar de su diminuto tamaño, Suazilandia es un país en toda regla al que no le falta belleza ninguna. Atrapado entre Sudáfrica y Mozambique y sin salida al mar, este pequeño y curioso reino tiene bastante que ofrecer al turismo. El rey, Mswati III, es el último monarca absoluto de África.  El pobrecito se tuvo que gastar un préstamo del Banco Mundial para pagarle un palacio individual a cada una de sus 14 mujeres, ya que juntas no podían vivir. (Las 19 concubinas se fastidian y conviven con el rey). Para paliar la expansión del SIDA a Mswati se le ocurrió proclamar un decreto prohibiendo a las menores de edad practicar el sexo durante cinco años. Y al poco del decretazo, cuando salió a la luz que se había casado con una menor, el buen rey en un acto salomónico, decidió auto multarse pagando una vaca al pueblo de la joven.  Las normas son las normas para todos, claro está.

Baile tradicional suazilandés
Catarata en el Valle de Ezulwini
A pesar de que al Rey le pueda haber mordido el Tokoloshe, si andáis cerca no dejéis de visitar Suazilandia. Es chiquitito pero muy completo. Cabe destacar sus paisajes, la fábrica de cristal de Hawane, los valles  de Ezulwine y Malkerns, y eDladleni- un restaurante ecológico con deliciosa comida Suazilandesa. Y sobre todo la amabilidad de su gente. Eso si, no recomiendo conducir por la noche pues las vacas andan sueltas por todas partes y les encanta ir por la autopista. 


Lo peor es que creo que el Tokoloshe, se ha ido de gira por el mundo y también ha poseído a Zapatero, Rajoy, la Casa Real al completo, los banqueros, TODOS y cada uno de los corruptos que casi hunden nuestro país. Y nos debe haber picado a nosotros también, que nos hemos quedado de brazos cruzados mientras nos sangraban con sus corruptelas. No sé si enviar a un sangoma para una gira mundial que espante al Tokoloshe o si organizar una manifestación… En fin.


Para los que os preguntabais donde andaba estos meses, os cuento que no me ha comido un cocodrilo ni me he caído por ningún barranco. He estado dedicada casi en exclusividad, a una de mis de mis aficiones favoritas: la aventura de sobrevivir a otra mudanza. (Léase la ironía entre líneas).
Por fin he podido librarme del pesado de mi casero, sus  aberrantes estatuas que invadían mi hogar y me daban sustos tremebundos cuando vagaba por los pasillos de noche. Todo por el módico precio de empaquetarme yo solita 200 cajas y renunciar a internet y teléfono, otra vez,  por tan solo dos meses.

Conversación verídica con el técnico del Telkom que vino a mi casa:

Lupita: Oiga, que ya tengo router.  Que yo lo que necesito es que me de de alta la línea.
Técnico: Ese router no funciona. Voy a enchufar este y a encenderle y apagarle.

Media hora después de encender y apagar el router, el ordenador y demás…

Lupita: Oiga, que por mucho que lo encienda y lo apague, el problema es que no tengo línea. Es como si intenta encender una bombilla sin electricidad.
Técnico: Ah… ya entiendo. ¡Su problema es que no tiene electricidad!
Lupita: ¿Está usted de coña o es tonto perdido? !Si tiene su ordenador y el router conectado a mi red eléctrica!
Técnico: Ah… ya entiendo. Entonces me llevo el router, para cambiarle la bombilla y le traigo uno nuevo.
Lupita: ¡Que me de de alta la línea de una puñetera vez! (Ristra de insultos en suazilandes)

Seis semanas y tres routeres nuevos más tarde, por fin me dieron de alta la línea.

Cabo de Buena Esperanza
Entre empaquetar y desempaquetar, nos las hemos apañado para hacer un par de escapadas cortas.  En agosto hicimos un recorrido precioso. Bajando desde Ciudad del Cabo al Cabo de Buena Esperanza, sin perdernos la colonia de pingüinos de Simontown. De ahí recorrimos la bahía de Hermanus por una carretera costal de playas de prístina arena blanca adornadas por cientos de esas maravillosas flores que son las calas silvestres.
 Pasamos dos días en el pueblito de Hermanus. Lugar del que se dice que se avistan más ballenas francas de todo el mundo. La experiencia, indescriptible. El barco estaba rodeado de cientos de delfines juguetones, gaviotas, cormoranes. Todos revoloteando entre los destellos que producía el espejo que era el mar ese día. Y avistamos doce ballenas. Doce. Que nos deleitaron con un espectáculo impresionante. 


Ballenas francas, Bahía de Hermanus

Delfines, Bahía de Hermanus

De Hermanus marchamos a Stellenbosh, la zona vinícola más conocida de Sudáfrica. Para llegar a Stellenbosh desde Hermanus se atraviesa un precioso puerto de montaña desde el que a la izquierda solo se ve el vacio grisáceo de las nubes cubriendo el valle con sus perfectas filas de vides. Espectacular.
Nos fuimos de cata de vinos. El vino excelente. Las bodegas preciosas. Menos mal que nos cogimos un taxi…
Bodegas en Stellenbosh

En la siguiente escapada nos fuimos a Drakensberg, una cordillera montañosa con unos paisajes impresionantes. Vimos pinturas rupestres de  entre 30 y 40 mil  años de antigüedad, restos de asentamientos bosquimanos de más o menos la misma época, paisajes espectaculares y montones de cavernas. 


Drakensberg, zona de Mpumalanga

África no suele dejar a nadie indiferente. Para bien o para mal, se mete bajo la piel y ahí se queda. Sensual, melosa, salvaje, hermosa, cruel, primitiva y sofisticada todo a la vez. 

Y por ultimo os cuento que ha llegado la primavera. Las flores de las jacarandas han vuelto a explotar coloreando Pretoria y echando los vestigios de tristeza que quedaban del invierno.  Entre esta maravilla purpura y la compañía de mi madre y muchos buenos amigos, mi Sofía ha hecho su Primera Comunión.




Termino esta crónica dedicándosela al bueno de Mario, marino mercante de profesión, que paró un carguero de esos enormes para salvar a nueve emigrantes cuya patera había se había hundido frente a las costas españolas.  

Desde la sabana pretoriana, sala khale. (Cuidaos en suazilandés)

A ver si me escribis alguno. So vagos. Os echo de menos. 

martes, 17 de julio de 2012

Crónicas Pretorianas: Gastronomía e Improperios

23 de junio de 2012
Parte de conocer un país a fondo incluye descubrir su gastronomía. La cocina tradicional sudafricana, también apodada arcoíris, tiene influencias de todos  aquellos que la han poblado. Suele dividirse en tres variedades principales de cocina. La autóctona (indigenous  cuisine), la colonial (settler) y la del Cabo (Cape cuisine)

Pap y Chakalaka
 El Pap, un puré espeso de harina de maíz o mijo, es la base de la alimentación en general en todo el  África Subsahariana. En Sudáfrica en particular se acompaña de Chakalaka (salsa muy especiada con tomate, de cebolla guindilla) y cualquier tipo proteína. La Chakalaka la crearon los obreros (negros y blancos) forzados por una razón u otra a trabajar en las minas de diamantes de Johannesburgo. Una salsa fácil de hacer y mantener en un caldero todo el día, en la que mojar el Pap (su pan) o cualquier tipo de proteína.
 
Ilustracion Guerra Boer-Zulú
Los colonos flamencos y hugonotes, que más tarde se convirtieron en Voortrekkers (algo así como granjeros nómadas) desarrollaron un sistema de secar y especiar la carne para conservarla durante  la época llamada “The Great Treck”. En esta etapa, descrita simplísimamente, los Boers (granjeros) guiados por Dios, empezaron un largo peregrinaje y huyeron en carromatos de la zona del Cabo dominada por los ingleses. Y allí que se van a buscar la tierra  prometida. Estuvieron dando vueltas durante unos 20 años buscando un lugar dónde formar una nación propia, libre de tribus autóctonas o súbditos de Su Majestad. Vamos, como buscar en Extremadura un cacho  sin extremeños (sí, cacho, no trozo, que es Extremadura). En fin, tremenda idea... Después dar mil vueltas y tener tropecientos encontronazos tanto con zulús principalmente, cómo con ingleses, llegaron a formar dos repúblicas independientes que no les duraron mucho.


Biltong
A estas carnes secas, untilizadas durante "The Great Treck" les llama Biltong, y son similares al tasajo extremeño pero hecho con todo tipo de bicho: vaca, kudu, waterbuck,  impala, etc.  A mi parecer, está riquísimo. Como dice el refrán: “A falta de Ibéricos, bueno es Biltong”. Son también típicas de la cocina colonial las salchichas frescas, conocidas como Boerewors (léase bor-uors) hechas tanto de animales de granja como silvestres. Portugueses e ingleses también pusieron su granito de arena a la cocina colonial pero sobre ellas ya comentaré otro día.
Los esclavos traídos por la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales desde Malasia, Bengala y Java aportaron mil variedades de curry. De ahí recetas como el Bobotie, que es una especie de lasaña agridulce o el llamado Cape Malay curry. Y a todo tipo de cocina se le puede echar el Peri Peri (o Piri Piri) que es una salsa picante no, picantíiiiisima.
Lo que más me gusta de la cocina sudafricana no son las recetas en sí, sino la musicalidad de las palabras. Si se pronuncian los nombres de los platos típicos entrecruzando las mandíbulas como los camellos, con voz cazallera y tono grave, todos los nombres suenan a improperios.
La Chakalaka deja de ser una salsa picante de cebolla y pimientos y se transforma en grosería de albañil a tía buena:
¡Chakalakaaaaaaaaaaaaaa mozaaaaaaaa! ó ¡Uhhhhh! ¡Chakalaaaaka!
Se podría decir también:
“ Te doy un bilgtonazo que te dejo bizco”.
“¡Pero estás Peri-Peri  o que te pasa?!”
“¡Eres un Boerewors de la peor calaña”
¡Voy a coger un Potjiekos y te voy a dar un Bobotie que te vas a enterar!”
Así que cada vez que voy a un restaurante, me paso media hora riéndome sola mientras leo el menú para frustración de mi pobre marido y los camareros.  Cuando me enfado chakalaqueo,  que me suena como más chulo.
Por lo demás, ya ha llegado oficialmente el invierno y aunque de día no hace mucho frio al estar a tanta altitud los cambios de temperatura son tremendos. Las casas son incalentables por motivos más allá de mi comprensión y acabas con abrigo dentro y en mangas de camisa fuera al solecito.

En agosto nos vamos una semanita a la zona de Ciudad del Cabo (Cape Province). Unos días a Hermanus  a disfrutar con los niños el mayor paso de ballenas francas del mundo y otro par de días a Stellenbosch, la region vinícola más popular en Sudáfrica. Ya os contaré que se siente tan cerquita del Polo Sur en pleno invierno. Estoy deseando ver la cara de los niños cuando vean tan de cerca las ballenas.  (Esperemos que mis 16 kilos de amor no se intente comer a alguna...)

Por cierto, según las estadísticas del blog, este mes me han leído 37 veces en Rusia. Lo que me ha sorprendido bastante. !A ver, esos rusos que se identifiquen  :-) ! No tengo ni idea de como os habéis enterado de mis crónicas por esos lares. Echad un comentario, majetes. !Que me pica la curiosidad!.
Desde la sabana pretoriana y tiesa de frio, besos mil.
PD.: Si alguien está interesado en la historia de Sudáfrica desde sus comienzos hasta la época actual recomiendo “Un Arcoíris en la Noche” de Dominique LaPierre. Nada pesado y escrito desde una buena perspectiva.
También he leído recientemente un libro majísimo sobre las experiencias de un periodista en un viaje por cuatro países africanos que describe de forma muy divertida la situación actual por este continente. Se llama “Asante, Africa” y su autor es Témoris Grecko.
Para más información:

Links a un artículo sobre Hermanus y las ballenas en español, y a dos sobre la Cocina Arcoíris:

http://www.hola.com/viajes/2009102610975/ballenas/avistamiento/surafrica/












jueves, 28 de junio de 2012

Crónicas Pretorianas: De la Señalización Vial y de otros Demonios

13 de mayo de 2012
Mi GPS tiene tal confusión mental, que un día de estos le va a dar un ataque de epilepsia. Después del Apartheid, una de las medidas que se han tomado para borrar los recuerdos de aquella época y retomar orígenes puramente  africanos, es cambiar los nombres de casi todo lo relacionado con esa etapa o incluso parte de la etapa colonial.  Así  resulta que Pretoria, también se llama Tshwane. Según Wikipedia hasta que en un futuro referéndum  se decida con que nombre quedarse, o con los dos. En la algunas señales de la carretera pone Pretoria, y en algunas pues, Tshwane.

Para más complicación,  en las últimas semanas le han cambiado el nombre a TODAS las calles que por fin había conseguido aprenderme.  Un poco como cuando todas las Avenidas del Generalísimo pasaron a ser Avenida de la Constitución pero a lo bestia. Los nombres africanos a primera vista y por falta de práctica, me resultan impronunciables a menudo. Además los cartelitos  en sí inducen a la confusión pues llevan el nombre nuevo encima en grande y el viejo debajo tachado en rojo en chiquitito.
¿Habéis oído el chiste de cuantos funcionarios se necesitan para cambiar una señal?
Los indicadores que anuncian las avenidas  a distancia están sin corregir, y si te medio despistas  y no tienes vista de lince para ver el cartel chiquitín tachado acabas en Tombuctú. ¡Quién me hubiera dicho que en vez de francés, un día me iba a venir mejor el Sutu, el  Zulú o el Xhosa como segundo idioma!

Los mapas o los GPS están sin actualizar. Mi GPS en particular,  debe haber sufrido una aneurisma y ya ni me habla. El pobre, harto de decirme: “ A 100 metros, gire a la derecha.  Gire a la derecha.  Dereeeeeeeechaaaa!
Ya me llegó a decir:  Lupita: ¡sorda, ciega, sordomuda, torpe, triste y testaruda: QUE GIRES YA A LA PUñETERA  DERECHA!!!!!!. Y ahora debe ser que está en huelga pues ya ni me dirige. El coche en la pantallita da tristemente vueltas sobre sí mismo de la depresión que tiene entre mi despiste y los cartelitos nuevos.
 Y es que claro, en un país con casi un 40 por ciento de sida, con una de las mayores desigualdades sociales del planeta, lo importante es lo importante.  En defensa del gobierno sudafricano,  reconozco que cerebrines de ese calibre, los hay en todos los países. Conozco un pueblo de Extremadura de cuyo nombre elijo no acordarme, en el que cuando cambia la alcaldía de partido, se le cambia el sentido a la dirección de las calles. Todos tenemos nuestros defectos.
Pero éstos no son todos los incidentes que llevaron a mi pobre GPS a perder la cordura.
Aprovechando las vacaciones de abril en el cole, allá que nos vamos tres madres y cinco niños en dos coches a pasar una semanita en la playa y aprovechar los últimos días de calor. Elegimos una casa en Zimbali,  a unos 40 km al norte de Durban.  Y allí que salimos, las Marisas, los críos y yo a las 6 de la mañana por la autopista hacia Durban.  Nos habían recomendado parar en Harrysmith, un pueblo a mitad de camino donde había un sitio estupendo para comer.  Salida 34 de la autopista para ser más exactos, sin perdida.

El viaje genial, la carretera perfectamente construida, el paisaje espectacular. Durante los casi 600 km que duró el camino, cambiamos de las típicas altiplanicies de la sabana gautengniana, a la cuidada e impoluta llanura de campos sembrados de cereales del Free State. También atravesamos la cordillera Drakensberg con sus montañas aterciopeladas en rojiverde rompiendo el perfecto azul del cielo. No me extrañó enterarme de que esa zona haya sido nombrada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, tanto por los paisajes como las pinturas rupestres que abundan por cientos en las cavernas de la cordillera. Ya entramos en Kwazulu-Natal y la guinda nos la encontramos tras circunvalar Durban, las vistas desde una pequeña impresionante carretera costera, zigzagueando entre acantilados que nos llevo por la Costa de los Delfines hasta nuestro destino final. 

Foto tomada por un amigo con su móvil
de camino al trabajo
En fin, allá que vamos con críos incluidos ya poniéndose pesados, disfrutando del paisaje y buscando la salida 34 y Harrysmith. Yo de copilota de Marisa I, mirando las señales a ver más o menos lo que faltaba. Y ahí empieza la aventura.  De la salida 20 pasamos a la 58, luego a la 37 y la siguiente resultó ser la 114.  Me quedo perpleja, pensando que o me falla la vista, o sufro alucinaciones.
No creo lo que veo: las salidas no están en orden. Me empiezo a preocupar y el GPS no coincide con lo que vamos viendo.
¡!Por Tutatis!! Y Harrysmith, ¿donde narices está?
Llamamos por el móvil a Marisa II, que va en el otro coche un poco más adelante. Marisa II, nos confirma que su GPS tampoco coincide y que también se ha fijado que las salidas están descolocadas. No estamos locas.
Me empiezo a preocupar pero veo un indicador: “Harrysmith 34 km”. Y nos tranquilizamos un poco.
A los 10 minutos, siguiente indicador: “Harrysmith 8km”  
Pero Harrysmith sigue sin aparecer.
Otros 20 minutos: “Harrysmith 27 km.”  
¿¡Qué qué!!!????????????????
Ya no sé si Harrysmith existe, si esta carretera tan bien construida va realmente a Durban, o si hemos entrado en la Zona Crepuscular de las películas en la que vagaremos por los siglos de los siglos.
Los críos  protestando pues después de unos 300 km, están deseando estirar las piernas, echar sus pises y comer algo.  Nos entra el pánico y nos salimos de la autopista en cuanto podemos a informarnos, no sea que vayamos en dirección a China y nosotras sin saberlo. Y resulta que aterrizamos en el dichoso Harrysmith. Totalmente estupefactas, nos bajamos a preguntar y nos dicen tan panchamente que hav varias salidas 34, una unos kilómetros más atrás y otra más adelante. ¿Cuál de ellas buscamos?
Mirada atónita y un poco de alivio. No estamos en la Zona Crepuscular ni de camino al purgatorio. Efectivamente, las señales no están en orden y de tanto en tanto se repiten o están colocadas en el kilometro equivocado. ¡Esto es África, señores! ¡No se puede esperar ese pedazo de autopista y además que este bien señalizada!. Llegamos a la conclusión que metieron las señales viales en el camión desordenadas y al sacarlas no se les ocurrió mirar si los cartelitos correspondían con el sitio en el que se colocaban. Al menos nos aseguraron que Durban estaba a unas tres horas todo recto. Y que no habíamos pasado a una dimensión alternativa a través de ningún agujero de gusano ni nada por el estilo. Llegamos muertas de la risa y sin mayores percances.
La semana en Zimbali fue estupenda. Niños y madres lo pasamos pipa. El sitio precioso, y ese océano Indico, aunque imposible nadar en él por el oleaje y los tiburones,  resultó ser tan espectacular como lo esperábamos. El acuario de Durban es precioso, hecho de chatarra de enorme cargueros y pretendiendo similar que caminas por un laberinto de barcos hundidos. Ideal para los niños.
Os cuento que los monos de la urbanización se sentaban en nuestra terracita de tertulia y uno de ellos se coló en mi habitación dándome un susto de muerte cuando salía de la ducha. A la vuelta, las señales de la carretera estaban bien colocadas y en orden.

Debe ser que los del otro camión, sí que miraron lo que ponían. Pero el daño psicológico ya estaba hecho: mi pobre GPS al borde del suicidio y en terapia de actualización. Dudo que jamás llegue a recuperarse. Ando a ver si encuentro un TOM-TOM que me enseñe a pronunciar los nuevos nombres de las calles y tenga más paciencia conmigo.   
Desde la sabana pretoriana, besos mil.
Post Datas y Explicaciones: (Para l@s listill@s me decís que qué imaginación tengo)
·         Os cuento que el blog http://femeniname.wordpress.com/ y yo nos acabamos de descubrir y estamos colaborando. A las chicas sobre todo, os recomiendo que echéis un vistazo, un espacio abierto para compartir, con muy buen rollo y sin publicidad. Venga, solidaridad y a visitarlo.
Ilustraciones cortesía de: http://femeniname.wordpress.com/
·         Link a un listado con los nombres antiguos y nuevos de las calles de Pretoria debajo. Prestad atención, que para mayor claridad para los viandantes, a la antigua Church street le han puesto 4 nombres distintos según el trozo. Y a dos calles diferentes les han llamado por el mismo nombre: Steve Biko (de los facilitos al menos)
·         Explicación de Wikipedia sobre Pretoria vs. Tshwane en inglés y un artículo sobre el jaleo lleva montado 12 años a ton del nombre
                http://www.iol.co.za/news/politics/tale-of-tshwane-vs-pretoria-1.1275441

sábado, 14 de abril de 2012

¿Saber o no saber? He ahí la otra cuestión

11 de Abril de 2012
Sanibonani,

Vista de Ile Aux Bénitiers
Las vacaciones en Isla Mauricio no podían haber estado mejor y ha habido variedad para todos. Jeff, tal y como quería se ha quedado casi todos los días en el hotel al sol sin hacer mucho, rojo como una langosta pero cervecita en mano.  A Sofía y Lucas casi les han salido escamas de tanto mar. Y yo, como no se estar quieta me he pasado la semana explorando este paraíso hasta ahora bastante desconocido para mí. Tuve la suerte de encontrar transportes alternativos con la ayuda de un  pescador local que se llamaba Capitán Langosta con el que planeé un par de excursiones en barca para recorrer la costa y los cayos de arenas blanca.  El Capitan Langosta también tuvo la amabilidad de ponerme en contacto con Krishna, un  conductor de  su confianza de un pueblo cercano. Y mientras mis pichurrines dormían a pierna suelta con su padre, yo me dedicaba a explorar. 

Shiva,
solo dos brazos
Templo Hindú en Souillac
 Es curioso lo que se aprende, cuando vas vagando sin objetivo y te importa poco hacer preguntas absurdas.  Krishna, como os imaginareis por el nombre era  un señor hindú con una paciencia infinita y mas buena voluntad aun que me llevó a ver la otra cara de la Isla y aguanto todas mis extravagancias. 
El primer día, me llevó a ver varios templos hindúes (religión mayoritaria en la isla, seguida de la islámica y la cristiana) . El pobre hombre tuvo que explicarme todos y cada uno de los dioses del  lago sagrado (Grand Bassin) para que me callara un rato. Así descubrí que Shiva no es una diosa con cuatro brazos y cuatro tetas, si no un señor que había sido Yogui y al que se le considera algo así como el dios principal.
 Cuando le pregunté que donde estaban los otros dos brazos de Shiva, muy amablemente me contestó que Indiana Jones y el Templo Maldito, no son fuentes fidedignas sobre el hinduismo.


La primera puñalada,  en la frente.
El segundo día  decidí que estaría bien ver los cultivos del centro de la isla que había que atravesar de camino a las gargantas y cataratas del rio Negro. Estuve en una plantación de té, otra de caña de azúcar, y otra de vainilla muy todas muy bonitas y bien cuidadas. Así hice mil fotos para no romper ninguno de los estereotipos acerca de los turistas occidentales.  Después muy amablemente y de camino al pueblo, me llevo a ver una plantación de piñas. Empecé yo a hacerles fotos a unas palmeras monísimas que en las que no se veía piña alguna. Con mucha condescendencia, el bueno de Krishna, me explicó que lo que yo fotografiaba eran cocoteros.  Las piñas por muy exóticas que parezcan, crecen en el suelo. Me quede tan descolocada y con tal cara de incredulidad, que el hombre,  tuvo que desenterrar una para sacarme de mi estupor.
Campo de piñas: !En surcos, no palmeras!
Toda la vida había evidentemente imaginado, que las piñas colgaban de esa forma tan sexy en las palmeras cerca del mar.  Y claro, descubrir ahora que se crían humildemente en surcos, como las patatas o los espárragos pues no es lo mismo. Por algún motivo, esto me creó una especie de shock. No tan fuerte como cuando te enteras de quien trae los regalos  de verdad el día de Reyes, pero casi igual de decepcionante.  No sé si podré volver a comerlas.
La segunda, en el estómago.
En la tercera excursión en solitario pensé que aun no había aprendido a cocinar ningún plato típico de Mauricio.  El pobre Krishna acabó llevándome a su casa a que cocinara con su mujer. Pues cuando insistí en entrar en la cocina de una pequeña casa de comidas de uno de los pueblos preguntando si podía mirar y anotar, me echaron con cajas destempladas.  Eso sí aprendí a hacer curry Mauriciano para carne y pescado. Y volví a Pretoria con una maleta llena de especias y 7 saris de seda, 4 de ellos para mi madre y hermanas.
La estocada final.
Afortunadamente Krishna y yo nos llevábamos estupendamente. Y nos reímos al comprobar que él sabia tan poco de santos de la iglesia católica como yo de los 1800 dioses de los hindúes.  Si vais a Mauricio, tengo su contacto. Es un guía estupendo.
Sócrates decía: “Sólo sé que no sé nada”. Una forma bastante más elegante de decir: “Mi ignorancia no tiene límites” que es como lo resumiría yo si tuviera que describirme a mí misma. J
Por lo demás, el mes de marzo transcurrió relativamente tranquilo. Lucas realizó su primer vuelo en solitario por las escaleras. Aterrizando de bruces con un éxito tremendo. No sólo sobrevivió a la caída libre, sino que milagrosamente no se rompió nada. Eso sí, tuvo la cara hecha un Picasso de los moratones una semana entera. Sofía tiene vacaciones todo el mes de abril. Mañana me voy otra semanita a la playa. Esta vez  a la costa de los delfines, a unos 80 km al norte de Durban, con dos amigas, sus niños, los míos y sin maridos. No os preocupéis, que no escatimare en contaros mis metidas de pata en las próximas crónicas.
Desde la sabana Pretoriana, besos mil.

Los pesados, ya tenéis el blog. Así que a suscribirse majos, que bastante paliza me habéis dado con el bloguecito. Vosotros sabéis quienes sois.
Link al blog con todos los capítulos anteriores de las Crónicas Pretorianas:


Y a los que os haya traumatizado lo de la piña, este manual sobre el cultivo de la piña os ayudara a encontrar consuelo. Yo me he leído todas y cada una de las 44 páginas. Aun sigo en shock.

lunes, 12 de marzo de 2012

CRONICAS PRETORIANAS: Literalmente Hablando

A Mercedes, a la que espero que le sonría un Arco Iris en breve.  
3 de marzo de 2012



Dicen que los rayos no caen dos veces en el mismo sitio.  Sudáfrica debe ser la excepción. Según la Guía del Sur de África de Lonely Planet Johannesburgo y Pretoria, en ese orden,  son las ciudades del mundo donde más rayos caen. Y ¡pardiez!, que doy fe de ello. En Pretoria, se pueden ahorrar los fuegos artificiales, pues palidecen en comparación con las frecuentes tormentas eléctricas. Ocurren  tanto de día como de noche, y en mi humilde opinión constituyen uno de los espectáculos de la naturaleza más bonitos que he contemplado en mi vida. Si además el cielo te regala a la vez un Arco Iris, que se quiten las ceremonias de apertura de los Juegos Olímpicos y den paso a Roma.
Pero claro, tanta belleza tiene su coste.  Como que en la misma semana parta un rayo la puerta de la urbanización y se colapse la salida, que un segundo rayo en el cole de Sofía nos deje sin luz a tres barrios  un día entero. Y un tercer rayo caiga en casa de mi vecina, POR SEGUNDA VEZ EN TRES MESES, y nos fría el cableado dejándonos sin internet ni teléfono otras tres semanas. No sé si es que mi vecina es tan alta que actúa como pararrayos andante o es que tiene la mala suerte de que yo viva en la casa de al lado. He de decir que UN TERCER RAYO, del que no me responsabilizo,  ya había caído en su casa hace apenas dos años.
Ni que mencionar que ya no se me  vuelve a ocurrir decir mientras viva en este lado del mundo: “Anda y que te parta un rayo” ni “Que te joda un elefante”. Pues literalmente hablando, ambas cosas son posibles.
Esta situación me limita las comunicaciones a señales del humo que me sale por las orejas mientras espero pacientemente llamando desde el  móvil a la empresa de cableado sudafricana. Quizás el método no sea tan conocido en estos lares y tengo que aprender a utilizar los tambores Zulús para que me cuenten por qué carajo llevo sin internet cuatro puñeteras semanas en el siglo XXI.  Como diría Quevedo: “sólo queda batirnos. “
Le he pedido a Jeff que consulte a uno de los SING’ANGA que literalmente hablando también, tienen contratados, en su obra para que los espíritus no paralicen el trabajo. A ver si nos enseñan a tamborilear en condiciones y  los de Telkom nos arreglan internet de una vez. Y de paso os adelanto que estoy recopilando información sobre la maldición de Kusile y los espíritus del agua que habitan la central que está construyendo la empresa de Jeff.  Con suerte y un traductor os llega en las próximas crónicas.
Os cuento doy por superado el periodo de aclimatación en África y he de confesar que estoy locamente enamorada de esta tierra.  De sus cielos claros,  sus jacarandas, sus paisajes, sus tormentas, sus gentes y sus rituales. Y hasta de las jodidas Jadidas (unos pájaros enormes como pavos que me despiertan a las 5 de la mañana con esos gritos de cochino degollao).  Sigo en fisioterapia  tres veces por semana pero me encuentro mucho mejor. Mi fisio-terrorista debería trabajar en Guantánamo como experta en tortura. En mi vida creí que con dos dedos se podía hacer tanto daño.  Estoy pensando en quitar a Sofía de Judo y llevarle a clases de autodefensa con ella. !Voto al cielo! que la perdono porque me está arreglando.
Los niños ya se me han asilvestrado totalmente. Sofía esta tan morena que con la ropa adecuada, podría pasar por una más de la población local.  Esta haciendo un curso exprés de  catequesis en español y en noviembre hace la comunión. Lucas habla en Babilonio, que es como hemos decidido llamar a la mezcla de español, inglés, zulú,  tumbuka y afrikaans que parlotea desde que va al cole. Esta casa empieza a parecer la  Torre de Babel.
El viaje a Lesoto de Jeff y Sofía fue espectacular. Las fotos os las mando por telepatía, que de momento es el método de comunicación que utilizo hasta que me arreglen el sarao en casa. Así que concentraos o poneos una antenita de papel albal en la cabeza, que por email no sé cuando os llegarán. Por las fotos  que trajeron y lo que he leído parece un país más genuinamente africano que la semi europeizada Sudáfrica.  Escalaron con el defender a 3500 metros de altitud y según Sofía estaban por encima de las nubes que a sus pies se estrellaban contra la escarpada ladera de la montaña. Cruzaron la cordillera, atravesando el país de este a oeste y llegaron a casa con las posaderas molidas del viaje pero deseando volver.
En Abril nos vamos diez días todos a Isla Mauricio a disfrutar del Indico antes que llegue el “invierno”. Espero para entonces que el mensaje vía tambor de guerra le haya llegado a la empresa de internet para mandaros las fotos. Si no espabilan, avisaré a mi tribu Marcos-Rubio, que vengan con el hueso de jamón y la rama de encina a mostrarles nuestras Jextremeñísimas  armas y nuestro poco reparo a batirnos en combate, ¡Pardiez!.
Waka Waka.

Desde la sabana Pretoriana, besos mil.
P.D.: Por los pardieces ya sabréis que por fin me acabo de leer la saga entera de Alatriste que recomiendo encarecidamente. Gracias a Angel Luis y Araceli por regalármelo y convencerme de que Pérez Reverte, al menos en esta saga, no es un peñazo.  Y a Mercedes, que me regalo el ebook y ahora leo más que nunca.
Lo de los rayos, parece coña, pero no es de risa.

Link a fotos impresionantes de tormentas elecricas en la zona de Gauteng (Pretoria y Joburg). Me encantaría ponerlas directamente pero no puedo infringir copyright... egoistas.

http://www.livingcanvas.co.za/fine-art-photography-gallery/lightning-storm-photography/

Link a un artículo en inglés sobre las tormentas por la zona y a las fotos publicadas en esta crónica:

http://www.africanphotographyblog.com/tag/electric/

http://fedstv.com/index.php?option=com_content&view=article&id=257:todays-forecast-is-prison-south-african-weathermen-face-jail-or-fines-if-they-get-it-wrong&catid=3:daily-news&Itemid=35