Pretoria, 10 de diciembre de 2013
A pesar de ser verano,
hoy amanecía en Pretoria frio, gris y lluvioso. Como si hasta los cielos lloraran
la perdida de este gran hombre. Mandela ha muerto.
De vez en cuando el mundo
tiene la suerte de ver nacer a seres humanos dotados de capacidades
extraordinarias. Personas aparentemente normales pero obviamente lo suficiente
diferentes para hacer tal mella en la historia, que sus nombres por siempre serán recordados.
El día que nació Rolihlahla, nadie se imaginaba lo
acertado que sería un día su nombre, aunque no llegase a usarlo mucho. Su
primer día de colegio, la profesora rebautizo a todos los niños africanos con
nombres cristianos pues tal era la costumbre de la época. A él, sin motivo
aparente, le tocó Nelson. Aunque
casi nadie se referiría a él con ese nombre, por siempre sería el
pequeño alborotador que venció la furia
del trueno y cambiando su mundo y el nuestro.
¿Qué se puede decir de un
hombre del que se ha dicho todo?
Ubuntu (2): Calidad Humana
Nacido dentro de uno de
los sistemas más crueles que ha conocido la sociedad moderna, un mundo donde la segregación racial ha
existido desde el primer día que los colonos pisaron suelo africano. Nelson
podía haber elegido vivir una vida más cómoda que el resto. Miembro de la
nobleza Xhosa. Nieto de Rey e hijo de Gran Jefe del clan Thembu. Tuvo el
privilegio de poder asistir a la universidad en una época en la que prevalecía el analfabetismo. Mandela
podía haberse casado con alguna noble de su tribu, heredado el cargo de Gran
Jefe, llevar un pequeño bufete de abogados y vivir una vida relativamente fácil
para los tiempos que corrían.
Pero nuestro
“troublemaker” estaba hecho de otro calibre humano, aquel que hace que algunos
sean capaces de cruzar el puente entre el hombre y el superhombre. Aquel que dota de voluntad forjada de acero y el valor
necesario para actuar con justicia. Aquel que hace que hace mirar más allá del
coste personal de tus acciones a cambio de conseguir una mejoría en este loco
mundo en el que todos vivimos.
Fue ese calibre humano
el que hizo que tras un encierro de 27
años, Madiba emergiera cual fénix lleno
de un amor infinito y contagioso por su país, el mundo, e incluso
sus carceleros. Y ese espíritu de reconciliación sin venganza se propago por Sudáfrica
como una enfermedad benigna contagiando a blancos y no blancos. Y de un
plumazo, simplísimamente hablando, se cargó la opresión sistemática que venían
sufriendo los no-blancos desde durante casi cuatro siglos.
Se habla mucho en la
prensa sobre los problemas de Sudáfrica, muy ciertos y muy reales pero a mí
siempre me viene a la mente la palabra resiliencia. La que demostró tener este país
al sobreponerse a un conflicto que en cualquier otro sitio del mundo
posiblemente no se hubiera resuelto sin una guerra civil. El verdadero efecto
Mandela fue unir la nación, para que con el apoyo de todos y pacíficamente emprender
un nuevo camino.
Sólo se me ocurre definir
el clima que se vive aquí estos días como altamente espiritual, producto de
esas ganas de superación que aún existe y no sale en el telediario. El tipo de
espiritualidad que supera diferencias religiosas, raciales, económicas o
políticas. Es impresionante poder tener el privilegio de ser espectadora anónima
en estos eventos y admirarme ante cómo todos los pueblos de esta gran nación,
no hace tanto divididos, han dejado al
margen las rencillas aún existentes, los
problemas cotidianos y la disparidad que aún sufre este país para unirse y
celebrar la vida de este gran hombre.
Quizás tengamos suerte y
Mandela consiga un último “milagro” (por llamarlo de alguna manera) y todos
aquellos líderes políticos que ensalzaban
su vida ayer en Soweto se contagien un poco de esa enfermedad benigna que Mandela
consiguió transmitir en Sudáfrica. Quizás
lleguen a sus países llenos de ella y
pongan en práctica las virtudes que tanto se han esforzado en exaltar.
Quizás se nos pegue también
a nosotros, ciudadanos de a pie que tan conmovidos hemos estado estos días, y
juntos nos animemos a alborotar nuestro
entorno y quizás también alejemos un poco al trueno de nuestra cotidianidad.
Según un antiguo proverbio
africano, si el día de tu entierro
llueve, es que los dioses aclaman tu
llegada y las puertas del cielo están esperándote abiertas. No se le podía despedir
de ninguna otra manera. Gracias Mandela, Madiba, Tata, Rolihlahla, Khulu, Dalibhunga. Tus
nombres no se perderán en la historia.
Gracias Madiba por dejarnos un mundo mejor para todos.
Desde la sabana
pretoriana, besos mil.
Aprovecho para dedicar
esta crónica a un par de héroes anónimos, fallecidos casi a la vez que Mandela.
No tan conocidos pero que también han puesto su granito de arena en el mundo.
Criando hijos excepcionales de los que estoy orgullosa de llamarme amiga. Dedicada al padre de Gemma y a la madre de José. Y a mi Tato, el primero que de niña me habló de Mandela.
Nota curiosa:
Cuando en junio
ingresaron a Mandela fui con algunos amigos y Sofía a presentar mis respetos al
hospital donde estaba ingresado. A los pocos días, de camino al Kruger empecé
una crónica de esas que escribo en mi cuaderno en los viajes y luego casi nunca
publico en mi blog por falta de tiempo o simplemente desidia.
De camino al Kruger hay
una señal que indica el camino a unas ruinas antiguas pero no la distancia. Por
fin ese viaje conseguí que Jeff se desviara y parara. Acabamos en un
restaurante-centro cultural regentado por unos hippies muy simpáticos que
vendían libros sobre las ruinas que no llegamos a ver. El centro cultural
estaba lleno de la propaganda más variada, desde reuniones para debatir temas
sobre OVNIS hasta UBUNTU, un pequeñísimo partido político de la zona.
Me llamo la atención el
nombre y acribillé a preguntas al pobre
dueño del restaurante, que me toleró pues acabé comprando uno de
los libros sobre las misteriosas ruinas. Pero más aún me llamo la atención el
significado de la palabra UBUNTU. Y lo anoté en mi cuaderno para incluir en mi
crónica sobre Madiba.
Ubuntu (2) es
una antigua palabra Africana que significa “mostrar humanidad, compasión hacia
otros”. También significa “Soy lo que soy por lo que todos somos”.
Cuál fue mi sorpresa ayer
cuando Obama me “robaba” la palabra en su discurso. Y como me tiene contenta
entre lo que casi pasa en Siria y lo del espionaje estuve dos horas echando
humo por las orejas.
Os aseguro que el artículo
en el que ha derivado esta crónica se empezó en junio y se concluyó un par de
días antes del entierro, como puede atestiguar mi amigo Mark Cimino al que se
la envié el Sábado 7 de diciembre para su periódico. No sólo no se la he
copiado yo a él, sino que estuve a punto de echarle a SGAE encima por mangante. Más tarde anoche,
descubrí que Desmond Tutu entre otros había popularizado el uso de Ubunto para
referirse a Mandela. Así que se me pasó
lo de Obama no vaya a ser que Tutu me echase a mí a la SGAE encima. Y al final en vez de modificar la crónica
para que no pareciese que copiaba a Obama, decidí que la palabra es tan
apropiada que es imposible resistirse a usarla y lo que hay que hacer es
compartirla.
Y ya como nota personal
os cuento que estoy encantada de estar aquí y poder haber participado en los
eventos aunque no sean todos los que
quería ya que el viernes nos vamos a Mozambique dos semanas y ando a contrarreloj. A los que andáis colgados a las noticias, os
digo que sí, que estoy al corriente del clima político en Mozambique y aun así
vamos. Así es esta familia de pirados…
Aprovecho para desearos a
todos unas felices fiestas y recordaros lo mucho que agradezco teneros como
amigos, familiares, colegas, o conocidos. Feliz Navidad, Hannuka, Kwzanzaa o
cualquiera de las fiestas que celebréis en vuestro rinconcito del planeta. Os
quiero.
Referencias:
Libros Recomendados:
The Long Walk to Freedom-
por Nelson Mandela
Playing the Enemy: Nelson Mandela and the Game that Made a Nation- por John Carlin
Playing the Enemy: Nelson Mandela and the Game that Made a Nation- por John Carlin
Los vagos podeis ver la pelicula “Invictus” basada en el mismo libro en la que Morgan Freeman interpreta a Mandela.
Otras Cosas para Compartir:
Link a la entrevista que
le hizo a Sofia la televisión Sudafricana cuando fuimos en junio a rendir
homenaje a Mandela
Link a mi voz de cazalla
en onda cero parloteando con Isabel Gemio el sábado desde Mandela Square. Si, claro que os podéis reír a mi costa. De
hecho, eso es lo que espero.
Más miles de besos.