jueves, 28 de junio de 2012

Crónicas Pretorianas: De la Señalización Vial y de otros Demonios

13 de mayo de 2012
Mi GPS tiene tal confusión mental, que un día de estos le va a dar un ataque de epilepsia. Después del Apartheid, una de las medidas que se han tomado para borrar los recuerdos de aquella época y retomar orígenes puramente  africanos, es cambiar los nombres de casi todo lo relacionado con esa etapa o incluso parte de la etapa colonial.  Así  resulta que Pretoria, también se llama Tshwane. Según Wikipedia hasta que en un futuro referéndum  se decida con que nombre quedarse, o con los dos. En la algunas señales de la carretera pone Pretoria, y en algunas pues, Tshwane.

Para más complicación,  en las últimas semanas le han cambiado el nombre a TODAS las calles que por fin había conseguido aprenderme.  Un poco como cuando todas las Avenidas del Generalísimo pasaron a ser Avenida de la Constitución pero a lo bestia. Los nombres africanos a primera vista y por falta de práctica, me resultan impronunciables a menudo. Además los cartelitos  en sí inducen a la confusión pues llevan el nombre nuevo encima en grande y el viejo debajo tachado en rojo en chiquitito.
¿Habéis oído el chiste de cuantos funcionarios se necesitan para cambiar una señal?
Los indicadores que anuncian las avenidas  a distancia están sin corregir, y si te medio despistas  y no tienes vista de lince para ver el cartel chiquitín tachado acabas en Tombuctú. ¡Quién me hubiera dicho que en vez de francés, un día me iba a venir mejor el Sutu, el  Zulú o el Xhosa como segundo idioma!

Los mapas o los GPS están sin actualizar. Mi GPS en particular,  debe haber sufrido una aneurisma y ya ni me habla. El pobre, harto de decirme: “ A 100 metros, gire a la derecha.  Gire a la derecha.  Dereeeeeeeechaaaa!
Ya me llegó a decir:  Lupita: ¡sorda, ciega, sordomuda, torpe, triste y testaruda: QUE GIRES YA A LA PUñETERA  DERECHA!!!!!!. Y ahora debe ser que está en huelga pues ya ni me dirige. El coche en la pantallita da tristemente vueltas sobre sí mismo de la depresión que tiene entre mi despiste y los cartelitos nuevos.
 Y es que claro, en un país con casi un 40 por ciento de sida, con una de las mayores desigualdades sociales del planeta, lo importante es lo importante.  En defensa del gobierno sudafricano,  reconozco que cerebrines de ese calibre, los hay en todos los países. Conozco un pueblo de Extremadura de cuyo nombre elijo no acordarme, en el que cuando cambia la alcaldía de partido, se le cambia el sentido a la dirección de las calles. Todos tenemos nuestros defectos.
Pero éstos no son todos los incidentes que llevaron a mi pobre GPS a perder la cordura.
Aprovechando las vacaciones de abril en el cole, allá que nos vamos tres madres y cinco niños en dos coches a pasar una semanita en la playa y aprovechar los últimos días de calor. Elegimos una casa en Zimbali,  a unos 40 km al norte de Durban.  Y allí que salimos, las Marisas, los críos y yo a las 6 de la mañana por la autopista hacia Durban.  Nos habían recomendado parar en Harrysmith, un pueblo a mitad de camino donde había un sitio estupendo para comer.  Salida 34 de la autopista para ser más exactos, sin perdida.

El viaje genial, la carretera perfectamente construida, el paisaje espectacular. Durante los casi 600 km que duró el camino, cambiamos de las típicas altiplanicies de la sabana gautengniana, a la cuidada e impoluta llanura de campos sembrados de cereales del Free State. También atravesamos la cordillera Drakensberg con sus montañas aterciopeladas en rojiverde rompiendo el perfecto azul del cielo. No me extrañó enterarme de que esa zona haya sido nombrada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, tanto por los paisajes como las pinturas rupestres que abundan por cientos en las cavernas de la cordillera. Ya entramos en Kwazulu-Natal y la guinda nos la encontramos tras circunvalar Durban, las vistas desde una pequeña impresionante carretera costera, zigzagueando entre acantilados que nos llevo por la Costa de los Delfines hasta nuestro destino final. 

Foto tomada por un amigo con su móvil
de camino al trabajo
En fin, allá que vamos con críos incluidos ya poniéndose pesados, disfrutando del paisaje y buscando la salida 34 y Harrysmith. Yo de copilota de Marisa I, mirando las señales a ver más o menos lo que faltaba. Y ahí empieza la aventura.  De la salida 20 pasamos a la 58, luego a la 37 y la siguiente resultó ser la 114.  Me quedo perpleja, pensando que o me falla la vista, o sufro alucinaciones.
No creo lo que veo: las salidas no están en orden. Me empiezo a preocupar y el GPS no coincide con lo que vamos viendo.
¡!Por Tutatis!! Y Harrysmith, ¿donde narices está?
Llamamos por el móvil a Marisa II, que va en el otro coche un poco más adelante. Marisa II, nos confirma que su GPS tampoco coincide y que también se ha fijado que las salidas están descolocadas. No estamos locas.
Me empiezo a preocupar pero veo un indicador: “Harrysmith 34 km”. Y nos tranquilizamos un poco.
A los 10 minutos, siguiente indicador: “Harrysmith 8km”  
Pero Harrysmith sigue sin aparecer.
Otros 20 minutos: “Harrysmith 27 km.”  
¿¡Qué qué!!!????????????????
Ya no sé si Harrysmith existe, si esta carretera tan bien construida va realmente a Durban, o si hemos entrado en la Zona Crepuscular de las películas en la que vagaremos por los siglos de los siglos.
Los críos  protestando pues después de unos 300 km, están deseando estirar las piernas, echar sus pises y comer algo.  Nos entra el pánico y nos salimos de la autopista en cuanto podemos a informarnos, no sea que vayamos en dirección a China y nosotras sin saberlo. Y resulta que aterrizamos en el dichoso Harrysmith. Totalmente estupefactas, nos bajamos a preguntar y nos dicen tan panchamente que hav varias salidas 34, una unos kilómetros más atrás y otra más adelante. ¿Cuál de ellas buscamos?
Mirada atónita y un poco de alivio. No estamos en la Zona Crepuscular ni de camino al purgatorio. Efectivamente, las señales no están en orden y de tanto en tanto se repiten o están colocadas en el kilometro equivocado. ¡Esto es África, señores! ¡No se puede esperar ese pedazo de autopista y además que este bien señalizada!. Llegamos a la conclusión que metieron las señales viales en el camión desordenadas y al sacarlas no se les ocurrió mirar si los cartelitos correspondían con el sitio en el que se colocaban. Al menos nos aseguraron que Durban estaba a unas tres horas todo recto. Y que no habíamos pasado a una dimensión alternativa a través de ningún agujero de gusano ni nada por el estilo. Llegamos muertas de la risa y sin mayores percances.
La semana en Zimbali fue estupenda. Niños y madres lo pasamos pipa. El sitio precioso, y ese océano Indico, aunque imposible nadar en él por el oleaje y los tiburones,  resultó ser tan espectacular como lo esperábamos. El acuario de Durban es precioso, hecho de chatarra de enorme cargueros y pretendiendo similar que caminas por un laberinto de barcos hundidos. Ideal para los niños.
Os cuento que los monos de la urbanización se sentaban en nuestra terracita de tertulia y uno de ellos se coló en mi habitación dándome un susto de muerte cuando salía de la ducha. A la vuelta, las señales de la carretera estaban bien colocadas y en orden.

Debe ser que los del otro camión, sí que miraron lo que ponían. Pero el daño psicológico ya estaba hecho: mi pobre GPS al borde del suicidio y en terapia de actualización. Dudo que jamás llegue a recuperarse. Ando a ver si encuentro un TOM-TOM que me enseñe a pronunciar los nuevos nombres de las calles y tenga más paciencia conmigo.   
Desde la sabana pretoriana, besos mil.
Post Datas y Explicaciones: (Para l@s listill@s me decís que qué imaginación tengo)
·         Os cuento que el blog http://femeniname.wordpress.com/ y yo nos acabamos de descubrir y estamos colaborando. A las chicas sobre todo, os recomiendo que echéis un vistazo, un espacio abierto para compartir, con muy buen rollo y sin publicidad. Venga, solidaridad y a visitarlo.
Ilustraciones cortesía de: http://femeniname.wordpress.com/
·         Link a un listado con los nombres antiguos y nuevos de las calles de Pretoria debajo. Prestad atención, que para mayor claridad para los viandantes, a la antigua Church street le han puesto 4 nombres distintos según el trozo. Y a dos calles diferentes les han llamado por el mismo nombre: Steve Biko (de los facilitos al menos)
·         Explicación de Wikipedia sobre Pretoria vs. Tshwane en inglés y un artículo sobre el jaleo lleva montado 12 años a ton del nombre
                http://www.iol.co.za/news/politics/tale-of-tshwane-vs-pretoria-1.1275441