lunes, 12 de marzo de 2012

CRONICAS PRETORIANAS: Literalmente Hablando

A Mercedes, a la que espero que le sonría un Arco Iris en breve.  
3 de marzo de 2012



Dicen que los rayos no caen dos veces en el mismo sitio.  Sudáfrica debe ser la excepción. Según la Guía del Sur de África de Lonely Planet Johannesburgo y Pretoria, en ese orden,  son las ciudades del mundo donde más rayos caen. Y ¡pardiez!, que doy fe de ello. En Pretoria, se pueden ahorrar los fuegos artificiales, pues palidecen en comparación con las frecuentes tormentas eléctricas. Ocurren  tanto de día como de noche, y en mi humilde opinión constituyen uno de los espectáculos de la naturaleza más bonitos que he contemplado en mi vida. Si además el cielo te regala a la vez un Arco Iris, que se quiten las ceremonias de apertura de los Juegos Olímpicos y den paso a Roma.
Pero claro, tanta belleza tiene su coste.  Como que en la misma semana parta un rayo la puerta de la urbanización y se colapse la salida, que un segundo rayo en el cole de Sofía nos deje sin luz a tres barrios  un día entero. Y un tercer rayo caiga en casa de mi vecina, POR SEGUNDA VEZ EN TRES MESES, y nos fría el cableado dejándonos sin internet ni teléfono otras tres semanas. No sé si es que mi vecina es tan alta que actúa como pararrayos andante o es que tiene la mala suerte de que yo viva en la casa de al lado. He de decir que UN TERCER RAYO, del que no me responsabilizo,  ya había caído en su casa hace apenas dos años.
Ni que mencionar que ya no se me  vuelve a ocurrir decir mientras viva en este lado del mundo: “Anda y que te parta un rayo” ni “Que te joda un elefante”. Pues literalmente hablando, ambas cosas son posibles.
Esta situación me limita las comunicaciones a señales del humo que me sale por las orejas mientras espero pacientemente llamando desde el  móvil a la empresa de cableado sudafricana. Quizás el método no sea tan conocido en estos lares y tengo que aprender a utilizar los tambores Zulús para que me cuenten por qué carajo llevo sin internet cuatro puñeteras semanas en el siglo XXI.  Como diría Quevedo: “sólo queda batirnos. “
Le he pedido a Jeff que consulte a uno de los SING’ANGA que literalmente hablando también, tienen contratados, en su obra para que los espíritus no paralicen el trabajo. A ver si nos enseñan a tamborilear en condiciones y  los de Telkom nos arreglan internet de una vez. Y de paso os adelanto que estoy recopilando información sobre la maldición de Kusile y los espíritus del agua que habitan la central que está construyendo la empresa de Jeff.  Con suerte y un traductor os llega en las próximas crónicas.
Os cuento doy por superado el periodo de aclimatación en África y he de confesar que estoy locamente enamorada de esta tierra.  De sus cielos claros,  sus jacarandas, sus paisajes, sus tormentas, sus gentes y sus rituales. Y hasta de las jodidas Jadidas (unos pájaros enormes como pavos que me despiertan a las 5 de la mañana con esos gritos de cochino degollao).  Sigo en fisioterapia  tres veces por semana pero me encuentro mucho mejor. Mi fisio-terrorista debería trabajar en Guantánamo como experta en tortura. En mi vida creí que con dos dedos se podía hacer tanto daño.  Estoy pensando en quitar a Sofía de Judo y llevarle a clases de autodefensa con ella. !Voto al cielo! que la perdono porque me está arreglando.
Los niños ya se me han asilvestrado totalmente. Sofía esta tan morena que con la ropa adecuada, podría pasar por una más de la población local.  Esta haciendo un curso exprés de  catequesis en español y en noviembre hace la comunión. Lucas habla en Babilonio, que es como hemos decidido llamar a la mezcla de español, inglés, zulú,  tumbuka y afrikaans que parlotea desde que va al cole. Esta casa empieza a parecer la  Torre de Babel.
El viaje a Lesoto de Jeff y Sofía fue espectacular. Las fotos os las mando por telepatía, que de momento es el método de comunicación que utilizo hasta que me arreglen el sarao en casa. Así que concentraos o poneos una antenita de papel albal en la cabeza, que por email no sé cuando os llegarán. Por las fotos  que trajeron y lo que he leído parece un país más genuinamente africano que la semi europeizada Sudáfrica.  Escalaron con el defender a 3500 metros de altitud y según Sofía estaban por encima de las nubes que a sus pies se estrellaban contra la escarpada ladera de la montaña. Cruzaron la cordillera, atravesando el país de este a oeste y llegaron a casa con las posaderas molidas del viaje pero deseando volver.
En Abril nos vamos diez días todos a Isla Mauricio a disfrutar del Indico antes que llegue el “invierno”. Espero para entonces que el mensaje vía tambor de guerra le haya llegado a la empresa de internet para mandaros las fotos. Si no espabilan, avisaré a mi tribu Marcos-Rubio, que vengan con el hueso de jamón y la rama de encina a mostrarles nuestras Jextremeñísimas  armas y nuestro poco reparo a batirnos en combate, ¡Pardiez!.
Waka Waka.

Desde la sabana Pretoriana, besos mil.
P.D.: Por los pardieces ya sabréis que por fin me acabo de leer la saga entera de Alatriste que recomiendo encarecidamente. Gracias a Angel Luis y Araceli por regalármelo y convencerme de que Pérez Reverte, al menos en esta saga, no es un peñazo.  Y a Mercedes, que me regalo el ebook y ahora leo más que nunca.
Lo de los rayos, parece coña, pero no es de risa.

Link a fotos impresionantes de tormentas elecricas en la zona de Gauteng (Pretoria y Joburg). Me encantaría ponerlas directamente pero no puedo infringir copyright... egoistas.

http://www.livingcanvas.co.za/fine-art-photography-gallery/lightning-storm-photography/

Link a un artículo en inglés sobre las tormentas por la zona y a las fotos publicadas en esta crónica:

http://www.africanphotographyblog.com/tag/electric/

http://fedstv.com/index.php?option=com_content&view=article&id=257:todays-forecast-is-prison-south-african-weathermen-face-jail-or-fines-if-they-get-it-wrong&catid=3:daily-news&Itemid=35



8 de febrero de 2012

Bahia de Gants, Ciudad del Cabo

 CRONICAS PRETORIANAS: Una de Peregrinajes

 Hola chicos,
De vuelta al teclado después de unos meses de reposo. Os cuento que en este tiempo ni he estado viviendo la vida loca ni pasando de escribiros.  Dos hernias discales cervicales, dos hospitalizaciones y unas 40 sesiones de fisioterapia y rehabilitación son los causantes de este retraso en mi cuaderno de bitácora. Al final, años de pasar de la vida sana sumados a mis 16 kilos de amor (Lucas),  me han deslomado…
En estos últimos meses, he aprendido a conocer muy de cerca el sistema médico (privado) sudafricano. Los beneficios de estar colgada, en todo el sentido de la palabra, y a conducir a dos voces, como los coros. También he descubierto que aunque estés al final, no has terminado de llegar.
Un día me levante y no tenia equilibrio, además me dolía hasta el pelo. No, no era ninguna resaca tremebunda como seguro que estáis pensando algunos. Me ví obligada a bajar las escaleras de culo y a sujetarme a las paredes de la casa. Después de incontables visitas al médico y ante el empeoramiento de los síntomas, acabé en el hospital. Después de un par de días y de todas las pruebas médicas inventadas hasta hoy en día, me diagnosticaron las hernias y me pasaron a la planta de ortopedia.
Allí, en compañía de tres octogenarias, alguna de ellas demente, me colgaron como un jamón para arreglarme la columna. Si, no exagero. Cuando digo colgada, no me refiero al estado de mente que se adquiere tras ingerir sustancias mayoritariamente ilegales, o a esa perpetua tontería que suelo tener por naturaleza. Me refiero a colgada con pesas del cuello y piernas. Cual Ibérico en su secadero de la Vera. Al menos tuvieron la piedad de ponerme altas dosis de sedativos para hacerme más leve las vacaciones forzosas en tan dispar compañía.
Dado a mi empeño constante por evitar conocimientos médicos que me causan nauseas, nunca pensé yo, que eso de herniarse era más que una frase algo exagerada o una enfermedad de viejos. Por supuesto, mi madre se vino al rescate inmediatamente. No sé que hubiera hecho yo con mis 16 kilos de amor sin ella aquí o con el resto de mi vida. No solo me devolvió la salud sino que me quito las penas a carcajadas.
Con ella, aprendí a conducir a “dos voces”. Pues como tenía el cuello mas tieso que el mástil de una bandera, tenía que hacer mi madre las veces de retrovisor: -AHORA, GIRA!- NO, NO ADELANTES QUE TE ESTRELLAS! DALE CAñAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!
Vista de Ciudad del Cabo desde Table Mountain
También mi madre tuvo la delicadeza de liberarme de mi casero, que se pensaba que aun vivía en esta casa y entraba sin permiso a cualquier hora que se le antojara sin avisar. La última vez que se le ocurrió hacer eso, se las tuvo que ver con Lupe y su rulo en la cabeza. El casero salió corriendo perseguido de mi madre  despotricando en español enseñándole el genio legendario de las Marcos Rubio y la supremacía de los matriarcados moralos de los que os hable en mis anteriores crónicas. Ante la mirada atónita del jardinero, le echo con cajas destempladas. Y menos mal que para suerte del casero, que no estaba la escoba cerca, que si no estoy segura que la hubiera utilizado como método de defensa personal o como desatascador intestinal improvisado…
En diciembre, Jeff y yo tuvimos la suerte de ir a Ciudad del Cabo con Paris y Little Apple (alias Pilar y Eugenio) que nos visitaron de Madrid. Ciudad que os recomiendo encarecidamente por sus increíbles paisajes y buen ambiente. Vimos pingüinos, imaginamos ballenas y doblamos el Cabo de Buena Esperanza en compañía de unos babuinos con cara de mala leche pero buena actitud.

Babuina Peligrosa...
 y sin Sentido del Ridiculo
Vi por primera vez el azul turquesa del Océano Indico con sus playas de anuncio de Rexona.  También subimos a Table Mountain en teleférico y regateamos en los mercadillos gracias a la habilidad de Eugenio, que más que al derecho debería dedicarse al comercio de mercancías en idiomas africanos y a la promoción del cante jondo en Sudáfrica. 
 
Paris, Little Apple y yo,
Cabo de Buena Esperanza

Las navidades aquí fueron un poco aburridas. A 32 grados y con un sol deslumbrante, la verdad es que el árbol de navidad  quedaba un poco ridículo. Me hubiese quedado más propio una estatua de un brujo zulú que los adornos de Papa Noel. Dudo que los vuelva a poner. Tuvimos la suerte de cenar entre amigos en fin de año y Reyes. Nos echamos unas buenas risas y nos disfrazamos de pajes de los Reyes, ya que tal y como les explicamos a los críos, los Reyes no llegaron a desfilar debido a los retrasos de Iberia. La verdad es que dimos bien el pego y los niños se emocionaron como si estuviéramos en la cabalgata en plena Castellana.


Cabo de Buena Esperanza
Jeff y los pipiolos siguen bien, disfrutando muchísimo de este verano de casi 10 meses que tenemos aquí. Lucas ya ha empezado el cole y se está soltando mucho a hablar. Sofía echa de menos Madrid y sus amigos pero sigue muy contenta con su cole y sus amiguitos de aquí. Jeff y Sofía se van de ruta de 4x4 este finde a Lesoto, el reino entre las montañas. Se van a escalar el Paso de Sani con el Defender mientras yo me quedo aquí babeando de envidia y maldiciendo las hernias. Por supuesto que me resarciré en cuanto me mejore, pero de momento, las aventuras con baches no son para mí.
(link a fotos del Paso de Sani debajo)
Y ya por ultimo os cuento que después de incontables chupatintas, cambios de visado, y exámenes de acceso, he decidido colgar la universidad. El horario no salió hasta el miércoles pasado, cuando ya había cantado victoria y tenía mi mochilita y cuadernitos preparados. Resulta que a menos que el horóscopo este en Piscis y sople viento del oeste mientras das tres saltos, no te cuadran las horas. Es imposible para mi ir a clase de 7 de la mañana a 4 de la tarde con dos descansos de casi 3 horas en medio. Y me he tenido que rendir. Al principio me desmoralicé mucho, pero ahora me lo tomo con filosofía. Voy a dedicarme a recuperarme del todo para no operarme y cuando me mejore igual miro la escuela de restauración para hacerme Sommelier que al fin y al cabo lo de los  vinos  como que va conmigo también y no son tan exigentes. Hay que saber tomarse bien los reveses de la vida.
Los hay que hacen voluntariamente el camino de Santiago para purgar sus pecados. Otros se van andando a Guadalupe. Lo mío es un peregrinaje involuntario en el que la vida me arrastra por vericuetos desconocidos. No sé si es para pagar por mis ofensas o las del destino. O quizás sea un guiño bromista de la vida que le gusta tomarnos el pelo y soy presa fácil. Me considero afortunada de todas formas, pues nunca me falta familia y buenos amigos en todas las curvas.
Como no os felicite las navidades a ninguno y a estas alturas como que no pega, os deseo a todos un feliz mes de febrero y un prospero marzo. Los que podéis, disfrutad de los Carnavales Moralos. Tomaros una copilla a mi salud. Nunca mejor dicho. Os echo de menos.

Desde la sabana Pretoriana, besos mil.

Crónicas Pretorianas: Costumbres Tribales

19 de Octubre de 2011
Gracias, entre otras cosas a Hollywood,  cualquier ciudadano de a pie se siente bastante familiarizado con el resto del mundo. Por Platoon y Nacido el 4 de Julio pensamos en Vietnam e imaginamos a la gente con esos sombreritos triangulares de paja tan monos, yendo por los caminillos entre arrozales.  ¿Quién no piensa en Memorias de África sin que le venga a la mente esa sabana al atardecer con sus cebritas y sus elefantitos tan idílicamente a contra luz? Y de fondo esa  musiquilla hortera “Nana,nanananaaaaaaaaaaaaaaaaana”.
Eso sí, ni Hollywood, ni el National Geographic, ni ningún libro respetable,  te preparan para el choque cultural.  No hablo de esas cosillas, como las genuflexiones cuando te dan las gracias, tipo reina de Inglaterra. O esa especie de corte de manga que hacen cuando les das algo en la mano que tanta gracia me hacen.
Vivir aquí, hasta ahora me está encantando. Pero como todo tiene un lado positivo y otro, que no lo es tanto. Nuestro entorno es tan similar a Europa que te haces la  ilusión de que sigues viviendo, más o menos igual, tu día a día.  De vez en cuando,  voy descubriendo estas pequeñas diferencias culturales que me recuerdan  que estoy en África, que el Apartheid sigue aun bastante latente  y que no todos somos ni remotamente iguales.  Como es lo que más me afecta, hoy os hablo de las diferencias entre los sexos.  Y de paso, aprovecho para dedicar esta crónica, a todas las mujeres que he tenido la suerte de cruzarme en la vida. En especial, a las de mi familia. ¡Va por ustedes, maestras!
La constitución dice que aquí todos son o somos iguales sin distinción de raza, sexo o creencias. Pero se suelen aplicar lo que yo llamo, costumbres ancestrales (y casposas). Por ejemplo, en el 2009 se aprobó un decreto de ley que hace posible la poligamia de facto, pues es una tradición ancestral de las tribus de África.  El actual presidente, Zuma, presume públicamente de sus catorce mujeres.
Una piensa:  Mirándolo por el lado positivo, ¡mira qué bien!. ¡Te coges un marido de tu edad para formar una familia, y uno 15 años más joven para los fines de semana!  ¡Qué listas las Sudafricanas, oye! Luego te enteras de que sólo se les permite a los hombres.  La idea del mancebo cachas de los findes se esfuma y se sustituye por cuatro mujeres cargadas de críos en uñas unas con otras. Y ya no te parece tan curioso.  Ni las sudafricanas tan listas.
Después me cuenta la chica que trabaja en casa, que no se quiere casar. Pues para hacerlo en su tribu, su novio  tiene pagar lobola, osea comprarla por cuatro vacas. Ella pasaría a su propiedad. Y si se quisiera marchar, además de un divorcio legal, necesitaría auto-comprarse por seis vacas. Y eso es mucho interés a pagar… (¿Pero qué qué..???????????????)

Poco a poco esas cosillas me van afectando personalmente y eso es otra historia. Vas llegando a cualquier ventanilla, todas pobladas con chupatintas anónimos. Y ahí ya, me salen mis instintos primitivos, mis costumbres tribales y mi mala leche ancestral. Esto es más o menos, un ejemplo de los diálogos para besugos que suelo mantener. Algunas cosas las digo, y otras se me pasan por la cabeza:

·         Lupita: Necesito hacer el trámite X, por favor.
·         Chupatintas: Si, señora. Pasaporte, padrón, blablablá, y si esta vd. casada, me da el certificado de matrimonio y la autorización por escrito de su marido para realizar el trámite.
Primer cortocircuito cerebral…y  me empiezan los tics nerviosos.
·         Lupita: ¿Mandeeeeee? ¿Autorización? ¿Marido? Yo no necesito que me autorice nadie, señor. ¿No se ha enterado que ya hay igualdad de razas, sexos y creencias en este país?
·         Chupatintas: Si, si. Todos somos iguales, pero necesita permiso de su marido, que son nuestras costumbres.
·         Lupita: Eso es ilegal.(Ristra-de-improperios-en-espanol-nomejodas-incluido). Y  además, en mi tribu no se hacen las cosas así. Que le dé a usted permiso su cónyuge y a mí no me maree.
Mirada atónita del tip@
·         Chupatintas: Sin autorización,  no hay trámite. ¿De qué tribu es usted? (pregunta verídica, por cierto)
·         Lupita: Del matriarcado Marcos-Rubio, de Navalmoral de la Mata, oiga. A me autorizo yo misma por decreto materno. Y  si quiere, viene mi  madre  a soltarle una leche que se va a quedar usted tieso para demostrarle su supremacía femenina.  Y mis tres hermanas bailaran sobre su tumba.
·         Chupatintas: Si no hay autorización, no hay trámite. Las mujeres necesitan permiso del esposo o padre.
·         Lupita: AAAJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJ - Mordiéndome la lengua para no decirle  primitivamente hablando: ¡A que le doy un tetazo y le dejo bizco! ¡Que tengo una talla C nada desdeñable!
De ahí, paso a soltar un discurso sobre la revolución femenina y la igualdad de sexos. Le sigue otra ristra de improperios en todos los idiomas que conozco. Si además, la de la ventanilla es mujer le pego la charla de que cómo ella puede participar en este sistema opresivo. Suelo zanjar la conversación con una salida en estampida para volver media hora más tarde con una autorización que me he fabricado yo misma a la vuelta de la esquina.
Manda huevos… Nunca mejor dicho.
A pesar de estas cosillas, me lo sigo pasado pipa aquí y no lo cambio de momento. Fui por fin a Soweto, que me impresiono mucho. Visite la Casa-Museo de Nelson Mandela y el Museo Hector Pieterson que recuerda la masacre estudiantil de 1976.  No estuve tanto tiempo como me hubiera gustado, y estoy deseando volver a la parte no tan respetable de la zona. Aun tengo que reflexionar y digerir el Apartheid antes de contaros.  
El fin de semana de la acampada salió genial. Cuando os dije lo que la ruta 4x4 era a lo bruto por las piedras, no exageraba.   El mini curso de supervivencia  al final ni nos enseñaba a cazar con jabalina ni a hacer fuego con piedras. Digo yo, que eso es lo mínimo para sobrevivir.  Los bichos, una pasada. 
Los niños están estupendos. Lucas empieza en Montessori en enero para que yo pueda ir a clase. Mi cadera le estará muy agradecida, pues esos 15 kilos de amor, se notan… Sofía sigue tan maravillosamente Sofía como siempre. Y a Jeff, como a mí, le encanta vivir aquí. El pobre ahora está  E.E.U.U. resolviendo problemas técnicos que ya os contare en alguna otra crónica.
Desde la sabana Pretoriana os saluda, Lupita. Primogénita de la tribu Marcos Rubio, hermana de 3 mujeres-guerreras. Hija de Lupe, actual matriarca y jefa innegable de todo lo que le rodea. Nieta de Guadalupe. Chunda, chunda y viva la jota extremeña, baile ritual de mi tierra.

P.D.: Ya tengo el Defender domadísimo. Eso sí, me costó un suspiro.

Ilustración cortesía de http://femeniname.wordpress.com/

Crónicas Pretorianas: Lecciones de Humildad

22 de septiembre de 2011
Hoy me he pasado el día con la canción de Nino Bravo en mente: “Libre, como el sol cuando amanece yo soy libreeee como el mar…” Y es que Sofía ha empezado esta semana el colegio.  J  Cuando fui a recogerla al cole lo primero que me dijo es que le había gustado tanto, que no podía esperar hasta mañana para  volver a ir.  Adoro a mi hija, pero necesitaba rescatarla de las garras de Bob Esponja y despegarla un poco del sofá, jugar a solas es triste, la verdad. Y por mi parte, así poder terminar el proceso de asentamiento en estos lares.
Hablando de asentarse,  nos hemos comprado un Land Rover Defender, ya que aquí sin coche no te puedes mover pues el transporte público es prácticamente inexistente. El Defender es el tanque ese que siempre sacan en las películas sobre África cruzando desiertos y subiendo donde los monos ni llegan. En principio muy chulo. Hoy he descubierto, cuando lo cogía por primera vez para llevar a Sofía al cole,  que quizás sea un poco exagerado para el día a día...
Iba yo toda chulita esta mañana antes de arrancar, pensando en lo alta que iba a ir sobre ruedas, ¡Reina de la Carretera!, pensaba.
La primera, en la frente: meter las marchas con la mano izquierda  no es tan fácil. Y en una bestia de coche del tamaño de un rinoceronte cabreado, que va permanentemente en 4x4, las marchas se meten mucho menos fáciles todavía. Los tacones tampoco ayudan con el embrague por muy fashion que sean.
No voy a entrar en detalles, pero ha llegado un momento que parecía  que iba por Cibeles después de que el Madrid hubiera ganado la liga de lo que pitaba la fila quilométrica de coches que iba  aterrorizada detrás de mí. Los había que se salían de la carretera para adelantarme por el campo.
Me dice mi inocente Sofía, toda contenta: “¡Mamá, lo estás haciendo tan bien que todos los coches te están pitando!”   En fin, me ha venido bien la lección de humildad. Esperemos que no tenga que cambiar el título de “Crónicas Pretorianas” a “Diarios de una Conductora Excepcionalmente Inepta”.
Este fin de semana nos vamos a nuestro primer “Safari para Principiantes” por así decirlo.  Vamos a un parque de los 5 Grandes. Así es como llaman a los parques importantes, ya que tienen leones, leopardos, elefantes, búfalos africanos y rinocerontes de agua. Además de los otros bichos “menos” importantes como jirafas, guepardos, cebras, antílopes y demás.
El fin de semana incluye un curso para aprender a defenderse de acampada libre en África, una rutilla para ver los bichos, y además un curso de 6 horas para aprender a llevar 4x4 por terrenos inhóspitos.  El circuito te obliga entre otras cosas, a cruzar un rio (sin puente, claro está), subir y bajar por una montaña (sin camino. A lo bruto por las piedras). Y claro, ahora entiendo por qué Jeff se empeñaba en hacerlo. Yo me hubiera ido directamente sin curso ni nada. Hoy he descubierto que ir con el tanque por África no es llevar una moto de Cross por los alrededores de mi pueblo…
Los niños se quedan en el campamento, y desafortunadamente yo también. La próxima me toca a mí, si logro domar a esta bestia. Ya no me siento tan gallito como esta mañana, eso sí: ahora es una cuestión de orgullo y voy a por todas. Aunque con una actitud más humilde y sin tacones de momento.
Y ya para despedirme, a los que tuve la suerte de veros en Madrid/Navalmoral/Sierra de Gata/Marbella: gracias por todo, me encanto veros.  A los que no tuve la suerte de ver, espero que a la próxima coincidamos. También agradezco la buena acogida de estas crónicas y vuestros comentarios positivos.  Con tanta demanda quizás me anime a empezar un blog una vez que acabe de instalarme. Eso sí, sé que estos correos son larguísimos. El que no los quiera recibir que me mando un email, que no me ofendo.
Esperando que estéis todos bien. Desde la sabana Pretoriana y echándoos de menos,
besos mil.
P.D.: al final SI he conseguido plaza en la facultad de Antropología de Pretoria.  El mérito no lo tiene entrar en la facultad, sino haber sobrevivido el papeleo.

Ilustración cortesía de http://femeniname.wordpress.com/


Crónicas Pretorianas: Mad Max


Sigo ensimismada con la dinámica de este país. Resulta que hace un par de semanas los trabajadores de las minas de oro  de la provincia de Gauteng (mi provincia, donde están Johannesburgo y Pretoria, dos de las 4 capitales Sudafricanas) anunciaron una huelga para exigir la mejora de las condiciones de seguridad y a la vez mejora salarial. A ellos se unieron los obreros de la siderometalurgia y pocos días después los transportistas. Es posible que el lunes se una a ellos uno de los sindicatos más grandes del país convirtiéndolo en una huelga nacional. De momento afecta mayoritariamente a Gauteng y Kuwazulu-Natal principalmente.  Y al parecer, por aquí los huelguistas, se las gastan finas.
Y os preguntareis: Por que os cuento este rollo? Bueno,  aquí va la huelga según el Evangelio de Lupita: la era MAD MAX.
Como los transportistas están boicoteando la entrega de combustible a las gasolineras, entre otras cosas, la zona está algo sumida en el caos. Hay más de 300 gasolineras entre Pretoria y Jo-burg  (así llaman aquí a Johannesburgo) sin combustible. Vehículos de todo tipo se han quedado tirados y la gente los va empujando hasta las gasolinera a esperar que lleguen camiones. Hay coches abandonados por todas partes.  Las colas en los pocos sitios que aún queda combustible son infinitas. 
Esta mañana me llamó una amiga para avisarme que por aquí cerca había una gasolinera que había recibido combustible. Así que ciega y medio en pijama a las 6.00 de la mañana me fuí corriendo a repostar. Tuve la “suerte” de que al ir medio dormida y  debido al pollo que aún tengo de conducir por la izquierda, entré por la salida en vez de la entrada y por supuesto, por el carril contrario,  saltándome, sin querer, una cola kilométrica.
 El gasolinero al verme en un estado tan lamentable, del susto que me pegue al ver un camión de morros, se apiadó de mí. Me dejo saltarme la cola y me invitó a un café calentito que me tome muy ricamente mientras esperaba mi reducida cola.  Allí me contaron la movida en detalle los de la gasolinera.  Por lo visto en algunos sitios la huelga es bastante violenta y se ha pegado fuego a lo habido y por haber: fabricas, gasolineras, camiones...  No tengo una idea exacta de la historia, todos mis datos provienen de lo que cuenta la gente por aquí. Los periódicos blancos parece que anuncian el Armagedón o siguen enfrascados en la boda monegasca, pues como sabéis  Charlene es de por aquí. Los periódicos negros cuentan que  aquí no pasa nada y va todo genial y la boda le da un prestigio que te pasas a Sudáfrica. La prensa internacional no parece interesarse por las movidas en este insignificante rincón del mundo, excepto los cotilleos de la DICHOSA boda. Pero vamos, que en mi "pueblo" reina la paz y la tranquilidad, y lo de fuera es como si pasase en otro planeta.
Es posible que Jeff no pueda ir a trabajar la semana que viene por la falta de gasolina, y también porque los que trabajan en su obra son del sindicato nacional que puede que se una el lunes. Así que está encantado y por el, que dure lo que sea.  Este finde nos quedaremos en casita pues no se puede hacer mucho sin ir en coche.  Y hay que ahorrar combustible.  Los cocodrilos pueden esperar.
Por lo demás, seguimos bien. La semana pasada estuvimos en un parque de leones en Jo-burg donde te dejan entrar en un recinto a jugar con los cachorros. Lucas se tiraba en panza encima de los pobres que estaban tomando el sol. Sofía también estuvo dando de comer a las jirafas y avestruces en la palma de su mano. Mis hijos son unos temerarios. Me pregunto a quien saldrán…
Luego desde el coche entramos en el hábitat de los leones y  vimos como les alimentaban, tirándoles desde un camión una cebra descuartizada (piel, patas y todo aún puesto) mientras los leones se tiraban a la comida. Chulísimo. Eso sí, he tenido que encargar una cámara de fotos decente pues con estas no pillo buenas fotos de lejos.
 Los incrédulos y los que no teneis Facebook aun, mirad este link con las fotos:
Por lo demás, espero que Sofía entre en el cole la semana que viene o a más tardar la siguiente. Está emocionada con su cole nuevo.
FEDEX aun tiene mis maletas secuestradas, pero eso ya parece estar en la recta final. El puro que les va a caer es como de risa. Hemos puesto una denuncia ante la administración de aduana y control de importaciones.  Mi contenedor con los muebles está en el puerto de Durban esperando a que acabe la huelga.
Os lo creáis o no, a excepción del episodio de esta mañana, estoy hecha ya una fitipaldi con el coche. Solo se me resisten los intermitentes. 
Creo que los niños y yo iremos a España del 20 de agosto al 11 de septiembre. Os lo digo para los que queráis/podais quedar.  Os seguimos echando de menos.
Y esos es todo amigos! Besos mil.  Sobonana!!!!

Crónicas Pretorianas: La Llegada

La segunda semana en Pretoria está siendo más tranquilita pero aun me quedan cabos por atar. Afortunadamente ya tenemos electricidad, internet  y teléfono funcionando. Las pequeñas cosas que te hacen la vida más llevadera, vamos. Aun no me he acostumbrado a los gritos de los “monos alados”. Me despierto por las mañanas sin saber si los berridos son de los putos pájaros, de Lucas, o de algún cochino que está siendo “degollao” en las cercanías.
Al fin he "vallado" las partes peligrosas de la casa y tengo cajones a prueba de niños, lo que es un alivio pues me pasaba el dia corriendo y gritando: "Lucas: NOOOOOOOOOOOOO!!!!!!"  Hasta tal punto que Lucas se ha aprendido el soniquete y ahora es él el que se pasa el día diciendo “Ucas: Noooooooooooooo”.  Aun tengo que encontrar a alguien que me tape la barandilla de las multiples escaleras y balcones para que el bichillo no se me tire por uno de los huecos en un despiste y que me vallen  la piscina.  Todo llegar .
La semana pasada fuimos a una reserva natural a 5 minutos de casa. No había leones bebé para darles el bibe pero sí pudimos acariciar un guepardo que se llamaba Anthony. Fue una experiencia chulísima. Hasta lo disfrute yo, que me dan GRIMA TODOS los animales! Tenias que ver a Lucas con el guepardo. Ya pondré las fotos en FB para que lo veáis. 
Sofía anda bastante más animada. Vamos al parque todos los días y allí ha hecho amiguitos. El lunes empieza clases de golf de 8 a 11 de la mañana todos los días. Ayer fuimos a comprarle los palos, está emocionada pensando que va a poder jugar con su abuelo cuando venga. Ahora está con su padre practicando en el club y afortunadamente eso me da a mí un respiro para escribiros.
 He descubierto un colegio chulísimo para ella cerca de casa, se llama Tiger Valley College. Fui a verlo el viernes y tienen plaza para Sofia. Esta semana voy a ver en el que esta matriculada (International American School of Johannesburg) y ya decidimos donde estudiará. El nuevo es Sudafricano, así nos integraríamos más en la vida aquí todos. No queremos vivir en una “burbuja americana” en Sudafrica.
Como os dije, aquí es invierno. Por el día estamos entre 15 y 18 grados pero por la noche hace frio.  Es supergracioso ver a los Pretorianos llevando trajes de esquiar para jugar al golf “por el frio que hace”. Yo ando durante el día en mangas de camisa. Otra curiosidad es ver como todos los arbustos en los jardines están tapados con unos plásticos para protegerlos del “frio”, Me parto cada vez que lo veo. (Imagino que a estas alturas os habréis dado cuenta de que hay un campo de golf dentro de la urbanización, por eso el tema sale tanto a relucir)
Hasta ahora, esta siendo un mundo lleno de sorpresas.  A veces las diferencias culturales me anonadan, unas veces de forma muy positiva. Otras me dejan mal sabor de boca.  El Apartheid se acabo tan solo hace 17 años y este es un mundo muy complicado. El poder está en manos negras pero el dinero sigue, en su mayoría, en manos blancas.  He de decir que hay de todo para bien y para mal. Este es un tema en el que no voy a profundizar hasta llevar aquí un tiempo y me informe a fondo. Pero no quería ignorarlo tampoco por completo pues imagino que os preguntareis como lo llevan por aquí.
Por lo demás, voy progresado al volante que no es poco. Esta semana he hecho “casi” todas las glorietas en el sentido correcto y  “sólo” me he metido en dirección contraria tres veces.  Sofia ya se ha aprendido lo de gritarme: “mamáaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa por la izquieeeeeeeerrrrrrdaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!” cuando ve coches de frente pitándome. Lo que aun llevo mal es lo de poner el limpia en lugar de los intermitentes. Estos últimos días, les doy a los dos a la vez y así al menos acierto siempre.
Con respecto a las maletas, algunas siguen literalmente secuestradas.  Para que las devuelvan, tenemos que entregar las que ya nos habían dado pues no pasaron aduana por un error de FEDEX. Jeff ha dicho que tururú a menos que nos devuelvan los E1300 que nos costó enviarlas por cargo en el aeropuerto.  Si no entregamos las maletas, a FEDEX le cae un multón tremendo por habérnoslas entregado sin pasar aduana.  Jeff tiene un pollo del carajo montado con ellos. A ver como narices se resuelve esto. El caso es que mi ropa interior y calcetines estan con las maletas secuestradas y ya harta de ponerme los calcetines de Sofía, ayer me fui al centro comercial y me compre de todo. Averigua tú cómo o cuando  se soluciona esto. 
En fin chicos, aprovechando que Jeff se ha llevado a los cachorrillos para darme un respiro, voy a ver si me tumbo un ratito a leer al sol antes de que empiece a enfriar.  Os echo de menos, escribidme y contadme como os va todo.



Este blog nació de una serie de correos electrónicos a mis amigos cuando me vine a vivir a Sudáfrica en junio de 2010. Les relataba, con un toque de humor, mis vivencias en este pais. A los pocos meses, animada por la buena acogida de estos humildes relatos, decidí empezar un blog.

Las Crónicas Pretorianas son simplemente mi vision del este mundo, nuevo para mi, que estoy descubriendo y del que me enamoro cada día más. No tienen mas objetivo que entretener al lector.