jueves, 14 de marzo de 2013

Modas y Modismos


13 de marzo de 2013

Los atelieres de los grandes diseñadores suelen marcar las tendencias de la moda a nivel mundial. Luego las multinacionales del sector crean en grandes cantidades líneas más asequibles inspiradas en las paletas de color o las líneas de las grandes casas. Por ejemplo, sabemos que el año que se lleva el verde menta, sea de Zara o de Ralph Lauren todos acabamos con algo verde menta en el armario. La tendencia de turno inunda los escaparates y no hay forma de escaparse. Aun así cada país tiene su idiosincrasia y su estilo propio al que se le aplican las mismas pautas. No me identifico con la moda Afrikáaner, de hecho me espanta, pero hasta ahora me las he apañado más o menos bien para encontrar cosas más de mi estilo gracias a Mango.

Escaparates con moda Afrikaaner

Algo tan básico como comprar ropa interior, debería ser una tarea poco complicada en cualquier país del mundo. Hoy he descubierto que no parece ser así en Sudáfrica. Después de pasarme dos horas y media peregrinando por el centro comercial, he llegado a casa frustrada, con dolor de cabeza y las manos vacías.

Por lo que he observado en las 5 tiendas a las que he ido, parece haber dos categorías de lencería femenina en Sudáfrica. La primera, modelos anti-lujuria al estilo de Bridget Jones elevados a la enésima potencia. Bragas de cuello vuelto con cinturilla a la altura de las costillas. Tejidos de nylon rasposo cosidos con hilo de pescar capaces de arrancar hasta la piel de lagarto. Los tonos, de abuela: marrón panzaburro, beis y blanco. Los adornos, lentejuelas en su mayoría. Los sujetadores parecen tener doble uso, además del normal se pueden utilizar para transportar mercancías a gran escala.  

Gama Bridget Jones- Observese color, tejidos y tamaños

A la segunda categoría, la he denominado Modelo Choni. Esta línea es fácil de identificar, el colorido brillante produce ceguera temporal si no se aparta la vista en cuestión de segundos. Algunas prendas parecen hechas de la tela de los chalecos reflectantes que llevan los bomberos. El tamaño es ínfimo, para sujetarlo con imperdibles y con suerte que no se caiga mientras vas andando. Pero el verdadero riesgo viene de los adornos: hebillas, herrajes, pedrería, espejuelos, ligueros, chapas… Vamos, como para mutilarse en un despiste. Creo que hasta Lady Gaga saldría despavorida.  

Gama Choni- Atencion!!!! no mirar demasiado, puede producir ceguera

Pensando que igual estaba en el centro comercial equivocado, he llamado a las amigas más veteranas que tengo por estos lares, a ver si me indicaban donde comprar ropa interior que no pique, ni levante ampollas en la piel. Que no cause ataques de epilepsia del fulgor al mirarla. Que ayuden mínimamente a contrarrestar los efectos de la gravedad sin cubrirte como una momia. Que no lleven armas letales camufladas de adorno. Que tape las rendijas básicas por higiene y comodidad, pero sin llegar hasta el cuello, pues menudo pollo tiene que ser ir al baño en esas condiciones. Ya ni pido que las prendas sean monas, que es mucho. Simplemente que no supongan un riesgo para la salud.

Después de varias llamadas telefónicas a amigas de diferentes nacionalidades residentes en Pretoria,  he averiguado que desafortunadamente no hay más opciones de las que he visto. Mis amigas se la compran en su país de origen y se traen alijos para que les dure todo el año. ¿Y cómo no me he enterado yo de esto antes?

Marisa con su humor habitual me ha descrito en detalle  otras categorías de su propia cosecha, hasta ahora desconocidas para mí. Estas son algunas de ellas:
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    Bragas modelo mangas de sevillana- y a ver quien tiene narices a ponerse un pantalón pitillo con tantos metros de encaje
Modelo Mangas de Sevillana, especial para pantalon pitillo
Sujetador modelo Cruzado Mágico- llevan bombín como las bicis y hay que ir a la gasolinera para saber su inflaje
Bombín y calibrador de inflaje incluidos en el precio

TTanga Tirachinas de Vicky el Vikingo- con adornos de los 5 grandes (elefante, búfalo, rinoceronte, león, leopardo) De este no tengo fotos. Ya me empezaban a mirar raro en la tienda...

Casi me salgo de la carretera del ataque de risa que me ha dado al volante mientras Marisa muy seria me seguía relatando su clasificación personal. He tenido que zanjar la conversación para llegar sana y salva a mi destino. Al llegar a casa no me ha quedado más opción que llamar desesperadamente a mi hermana, que llega el viernes a vernos y pedirle suministros urgentes por si acaso.  La idea de tener que ponerme cualquiera de los modelos que me han descrito me causa taquicardias y sudores fríos.

Me pregunto cómo se las apañan los 24.000.000 de mujeres que viven aquí. ¿Prescindirán de la ropa interior o se arriesgaran a ponerse esos engendros? ¿Habrá modistas que te los hagan por encargo? ¿O simplemente estas señoras están habituadas a sufrir? Creo que sería interesante hacer un estudio sociolgico sobre este fenómeno y encontrar la raíz de esta desgracia.

La verdad es que mirándolo por el lado positivo, quizás hoy en mis derroteros por casualidad haya encontrado la salida a la crisis económica en España. No estaría mal acercarse a la cámara de comercio de la embajada, a comentarle al director que al ser hombre no le afecta y por lo cual no se debe haber enterado, del filón que tiene que ser montar aquí un Victoria Secret, un H&M o simplemente una mercería de barrio.

Os cuento que mi intención para esta crónica era relataros nuestras últimas aventurillas en Mozambique, de donde volvimos el domingo. Pero pensé que quizás os arrancaría unas risas compartiendo con vosotros estos pequeños detalles de la vida diaria. Así que lo dejo para otra ocasión.

Tofo, provincia de Inhambane- Mozambique
Los niños siguen bien. Sofía ha cambiado de cole y ahora está feliz porque no lleva uniforme.  Lucas cada día está más gracioso y más trasto, no se le ha quitado un moratón cuando le salen tres más. Celebramos su tercer cumpleaños la semana pasada en Tofo, una playa remota de Mozambique entre cocoteros y risas. Jeff sigue igual de bien, africanizado totalmente. Ahora le ha dado por cazar. Tengo dos alfombras de cebra en camino…

Y yo, a pesar de estos pequeños percances, muy contenta con mis proyectos.  El sábado empiezo un curso de sommelier que espero acabar antes de final de año. Eso de tener un titulo de bebedora oficial de vino como que mola. Por otro lado estoy intentando sacar un proyecto adelante para colaborar con varias ONGs en una zona marginal de Pretoria. Por fin voy organizando mi vida aquí y llenando huecos. 

Y ya para despedirme os digo que como os echo mucho de menos, voy a España en julio. Moralos,madrileños, riojanos y cantabros- estais en mi ruta: Id preparando los vinos!

Desde la sabana pretoriana, besos mil.


Barbara y Ruth, nos hariais un favor enorme a las mujeres de esta parte del mundo si os vinieseis a trabajar aqui y les enseñarais lo que es moda de verdad. Porfaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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